Educación Artística y cuero negro

La cazadora de cuero negro Perfecto de Marlon Brando sigue. Diseñada en 1928 por Schott mantiene vivo un mensaje centenario. El de las virtudes del cuero negro con cremallera, recién inventada entonces. 

La imagen la han transmitido James Dean, Brad Pitt, Grease, Terminator, Matrix, XMen, Elvis, Los Ramones, Yves Saint Laurent con Dior, Gaultier, Loquillo, Mecano, Michael Jackson, Mango, Pull  and Bear o la última Mercedes-Benz Fashion Week.

El cuero negro proyecta ambivalencia pero personalidad. Rebeldía pero autodominio. Posee resistencia y flexibilidad, y transmite a la vez dureza y flexibilidad. Algo neutro pero que impacta. Refleja fuerza aunque con estilo. Independencia pero “combina”. Tendencia y “aestética”, confianza y personalidad. Elegancia y libertad. Minimalismo pero “con apuesta”. 

Transmite mucho pero discretamente. Pocas prendas o accesorios han sido tan “influyenters” o icónicas sin imponer. Un neutral posicionamiento.

La moda nos descubre o proyecta. No todo es “Perfecto”, pero resulta inteligente admitir valores y mensajes válidos para la vida, la familia o la educación. Vestir, como todo, comunica, tanto o más que la oratoria. Y educar la estética o educarnos con ella debería ser una asignatura artística en la adolescencia. No todo ha de ser «Plástica». Ahí lo dejo.

ADRIANEY ARANA

La voz interior

Me repetían en la escuela que el que mucho abarca poco aprieta, que era inconstante, lento, de letras y hasta que prometía como lanzador de disco (!). Vale.

Pero eran mis padres quienes me definían, a favor o en contra de la realidad, y defendían. Me creaban una elevada autoestima, que no autoconcepto porque de hecho luego me la pegué. Pero tenía y podía salir adelante: si había gente que creía en mí, yo creía en mí.

Esa voz interior no es lo mismo que la conciencia o Pepito Grillo, ni el “conócete a ti mismo”, sino la grabadora de la infancia, según Marian Rojas.

Una experta recomendaba ayer construir la “voz interior” de los hijos o alumnos. Decirles, hablarles, repetirles. Truco: estar en casa. 

ADRIANEY ARANA  ·   Foto de Jan Kopřiva en Unsplash

La vuelta al cole

ERNESTO LÓPEZ-BARAJAS.-   Hablaba con un amigo después de las fiestas patronales de mi ciudad de la vuelta a lo ordinario, al trabajo normal. De cómo cuesta. Del esfuerzo que hay que hacer. Veíamos que depende de cómo te lo tomes, de tu carácter, del sentido con el que lo haces, de procurar ser “buena gente” y de tener sentido del humor. Como algunos currantes, trabajadores buenos. De esos que te ponen la gasolina con una sonrisa, mientras te cuentan un chiste o gastan una broma. Te ríes y afrontas el viaje de otra manera.

 Como dice un poeta: “Una sonrisa es la mejor mecedora para el ánimo ajeno y la alegría su más cálida chimenea, y se pueden ofrecer al prójimo en todas las circunstancias”. También lo confirman las neurociencias: una carcajada de corazón aporta a nuestro cuerpo y a nuestra psique muchos más beneficios que muchas medicinas.

Se trata de intentar ser “buena gente” como dicen los del sur. Y eso se puede entrenar: día tras día, buscando con cuidado lo bello y el bien que pasa a nuestro lado, predisponiendo la mirada hacia la parte positiva de los demás, aprendiendo a dejar pasar la molestia de los pequeños y grandes contratiempos sin permitir que nos arruinen la jornada, viendo con sentido del humor la fragilidad y extrañeza de lo humano.

Foto de Andrea Piacquadio – pexels

Begin the Beguine

ADRIANEY ARANA.-  La niña cumplía 1 año y le soplamos “la vela”. Su hermanita algo mayor aplaudía feliz mientras me preguntaba: “¿a que te gustan los cumpleaños de mi hermana?” No sé, quizás la primera vez para un niño es lo mismo que las siguientes. Todo es nuevo y siempre. 

A lo mejor por eso pueden ver veinte veces el mismo video y tan entusiasmados como la primera. Hay algo atemporal en la infancia. Todo lo repiten y todo lo esperan. Son felices «preparándose» para los Reyes, para su cumple, para estrenar pantalón con bolsillos este curso.

La vuelta al cole en septiembre es una gran fiesta, un sueño sin dormir y, por otra parte, una loca jornada de fotos y videos de los papás. 

Últimamente también me sorprende ese día la ”vuelta a casa”: familias agolpadas a las salidas de los centros casi con banderitas y larguísimos abrazos para recibir a los recién graduados del primer día de clase. 

Los informativos abren con imágenes de la jornada y la política queda relegada a su sitio: el segundo plano. Porque en el fondo la vuelta al cole es la vuelta a todo. Una oportunidad para volver a empezar y bailar mejor. Begin the Beguine.

Foto de Maarten van den Heuvel en Unsplash

VisualThinking

ADRIANEY ARANA.- “¿Esto lo haces siempre?”, pregunté alucinado a la colega del asiento de al lado. Mientras un “experto” nos disertaba sobre educación en un teatro enorme, yo miraba de reojo y boquiabierto (o sea, flipando) el despliegue de dibujos y flechitas con las que mi compañera visualizaba en su tablet el «bla,bla,bla» del experto. Y entonces vi que lo era (experto) y que me lo estaba perdiendo.

Miniaturas y caritas, frasecitas y texturas… formaron un esquema denominado visualthinking que desde entonces practico para escuchar pensando. He descubierto que si elaboro uno con los alumnos para cada unidad, se les queda todo.

Un estudio sobre “el estudio en secundaria” publicado por El País este verano concluye que las técnica basadas en la «elaboración», es decir, estrategias de tratar de entender lo que se estudia, son las que tienen más eficacia. 

Dibujar y diseñar lo que oyes es pensar y elaborar. Y hoy el pensamiento es casi visual. Si no lo ves así, estás en tu derecho, pero es que no lo entiendes. Yo “ahora lo veo”. Y más en este mes de septiembre en el que busco skills para el back to school.

Foto: Philippe Boukobza