Lecciones de Iniesta y Carmona

Con PISA tengo la misma sensación que con la selección de fútbol de mi juventud: siempre perdíamos. Los que sabían nos eliminaban: Brasil, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra.

Cuando los gestores deportivos de este país se prepararon el Mundial de España y las Olimpiadas de Barcelona, los grandes deportistas encontraron el camino para ganar más tarde un mundial masculino y ahora femenino. Fue un lento resurgir, pero planificado desde los 80. Y lo mismo pasó con el atletismo.

Se inició el programa ADO y, como dijo Del Bosque, “la Federación creó infraestructuras desde la base: campos, instalaciones, formación de entrenadores… Nosotros nos apoyamos en esa base para ser campeones del mundo”.

En PISA siempre ganan los que saben: los asiáticos, los exigentes chinos y los listos nórdicos. Las que se preparan fundamentalmente son las autoridades del país, no los jugadores o los equipos, los alumnos o colegios. No todo es salir a “jugar fútbol” y sudar la camiseta.

Nuestro caos organizativo y legislativo no produce resultados en PISA. Tampoco ninguno de los 13 países latinoamericanos evaluados ha llegado a la media de la OCDE.

La escuela pública y privada española posee, sin embargo, especialistas altamente cualificados. La solución es parar de legislar y de asimilar la enseñanza al adoctrinamiento políticamente correcto de uno u otro signo. La escuela no es solo un lugar de convivencia, sino sobre todo de aprendizaje.

Las autoridades políticas y académicas deben programarse para ganar un mundial, no de fútbol sino de educación con alumnos nacionales, inmigrantes o no, con confinamiento o sin él. Hay que entrenar, no vale solo el “buen rollo” en el vestuario.

Se necesita trabajo en equipo con los centros creando aquella mentalidad que convirtió a “la selección” en “la Roja” incluso antes de ser campeones.

Ahora que hemos ganado otro mundial de fútbol con jugadoras recién salidas de la pandemia podemos confirmar que se logra de nuevo, es posible. Estamos preparados. Lecciones nos pueden dar Iniesta y Carmona, ambos por cierto graduados universitarios.