Realidad aumentada

La realidad aumentada nos hace ver mejor y más la realidad, o sea que no la cambia, la aumenta. Es la actitud que se nos pide hoy. Exagerar. Por ejemplo, las frases de cariño (porque no hay muecas, ni viajes de regalo), los arqueos de cejas, los saludos y las despedidas.

 

No vale estar en casa como siempre, escuchando lo que me dice el otro mientra miro el móvil. No, ahora hay que escucharle con los ojos.

 

Hay que aumentar la realidad: que es que somos una familia y nos queremos, a pesar de no ser la familia cool que gestiona la crisis de modo guay en plan instagram.

 

A mi nadie me entrenó para un pandemia mundial de años. Por eso, relativizo mis fallos. Soy un desastre en pandemias y “actitud”.

 

Pero estoy aprendiendo que hay que exagerar el cariño que la tengo a mi gente para que lo noten. Tirar más de lenguaje corporal. Y de “lenguaje-lenguaje”: practicar frases amables, preguntas corteses y palabras bonitas.

 

Como actores de teatro que exageran la voz y los gestos para que la obra se vea como es.

 

Anara Yenairda

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Damas y caballeros

«Decir que es una persona que nunca hace daño equivale casi a definirla. Evita todo lo que podría causar perturbación o inquietud en el ánimo de aquellos con los que le ha tocado compartir suerte; evita los conflictos de opiniones o de sentimientos, las reservas, las desconfianzas, los comentarios negativos o amargos, el resentimiento. 

Su gran tarea es hacer que cada uno se encuentre a gusto, como en su casa. No confunde nunca las críticas malévolas o las frases hirientes con auténticas argumentaciones, y no insinúa jamás lo que no es capaz de decir abiertamente. 

No le pesan los favores mientras los realiza y parece recibir cuando en realidad está dando. Nunca habla de sí mismo excepto cuando se ve obligado y jamás se defiende con una fea réplica. No tiene oídos para los chismes ni las calumnias ni tampoco se aprovecha de ventajas injustas”

Lo dice Newman del auténtico caballero, pero vale para la auténtica dama o mujer, para la verdadera madre o padre de familia, persona o maestro, ciudadano y ciudadana. 
 

Estefanía Laya es el seudónimo de la persona colaboradora.

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La tercera ola

Me estaba asustando pensar en la tercera ola del covid que viene gigante. Pero cuando he visto a un emocionado surfeiro  echarse deprisa al agua en pleno temporal del Orzán y yo abrigado y muerto de miedo… y él descalzo y mirando de frente las olas…me dije: "recuerda que eres brasileiro".

Los brasileños, además de ser repetidas veces campeones del mundo de fútbol. basket, voley, Fórmula 1, etc., somos desde el 2014 de surf. “Soy muy ansioso, sólo lo controlo en el agua, surfeando” dice mi compatriotra Gabriel Medina, el actual campeón del mundo (el de la foto).

 

Si viene una tercera ola, controlaremos la ansiedad surfeándola cada día con lo que tengamos entre manos. Que cada uno se busque su tabla. Pero no dejará de ser sólo una tabla, un bañador y… la mirada al frente, por encima de la ola.

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Nike y las madres

 

     En Nunca te pares (2016; Conecta, 2020), el relato autobiográfico de Phil Knight, el fundador de Nike, habla primero de su infancia y juventud, luego de cómo empieza importando zapatillas desde Japón hasta Estados Unidos, después de cómo llegó a fundar Nike en 1973 (al principio sólo una fábrica de modelos de zapatillas de deporte), y luego de todo lo que fue ocurriendo hasta llevar a su empresa hasta su actual posición de liderazgo.

     Aquí sólo quiero contar una anécdota de su madre, cuando él era un niño. Habla de «los frecuentes entrenamientos a los que me sometió. De joven había presenciado cómo una casa de su barrio se quemaba hasta quedar reducida a cenizas; una de las personas que se encontraba dentro murió. De manera que solía atar una cuerda a la pata de mi cama y me hacía utilizarla para descender haciendo rápel desde la ventana de mi habitación, en la segunda planta. Mientras tanto, ella me cronometraba. ¿Qué pensarían los vecinos? ¿Qué podía pensar yo? Probablemente esto: la vida es peligrosa. Y esto: debemos estar siempre preparados. Y esto: mi madre me quiere».  

     Al terminar el libro, cuando hace balance, explica que él y su mujer, en ese momento en el que está terminando el libro, «estamos construyendo un reluciente campo de baloncesto en la Universidad de Oregón, el Matthew Knight Arena (…) y ultimando la construcción de unas nuevas instalaciones deportivas que planeamos dedicar a Dot y Lota, nuestras madres. Una placa situada a la entrada llevará la inscripción: PORQUE LAS MADRES SON NUESTROS PRIMEROS ENTRENADORES».
Luis Daniel González es especialista en literatura infantil y juvenil. Escritor. Creador de bienvenidosalafiesta.com,  la web más importante en español de crítica literaria infantil, juvenil y álbumes ilustrados.

Foto: Nike

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chuac chuac

 

 

     Cuando tu madre y abuela de tus niños con sus 80 y tantos años queda ingresada el 23 de diciembre por neumonía y aislada por el covid en una planta del Chuac, no te quedan ganas de mazapán ni de copita de champán. Es lo que le ha pasado a un amigo.

    Para su sorpresa recibieron anteayer en Nochebuena una videollamada de la abuela (?!) desde la cama del hospital con saludos y sonrisas. Pudieron hablar, relajarse… que todo va bien o no va mal, que a ver qué dicen los médicos cuando pasen… que feliz navidad y que a brindar.

    A brindar… por esa trabajadora anónima que se armó de toda la parafernalia anticovid, entró en la habitación, averiguó el móvil de la familia y conectó a la abuela con los suyos. No saben quién fue.

     Bello es hacer el bien y desaparecer, sin pasar factura ni reclamar aplausos a las 8. Esfumarse como el amigo invisible. A esa gente que sostiene este mundo con normalidad, a esos invisibles de los invisibles de los hospitales, desde aquí un par de besos: Chuac, Chuac.