En el colegio, como en casa

Homeschooling o no ir a colegio y estudiar en casa es un fenómeno que se está extendiendo. En Estados Unidos ya son más de 2 millones los niños que aprenden en casa y se examinan por su cuenta. Les enseñan sus padres o personas contratadas por sus padres. Para ello usan organizaciones virtuales que poseen en la red con variados y excelentes recursos.

Si uno se pone a pensar, esto es lo más lógico para que un hijo aprenda, para que asimile perfectamente los conocimientos necesarios para triunfar en el futuro, para superar ls tests que las titulaciones le exijan, para elevarle las dosis de información en el caso de que posea altas capacidades. Es la manera de que no pierda horas y horas en un patio de colegio o en tediosas y mediocres clases consistentes en recortar siluetas de manos en cartulinas donde luego escribirán la palabra Peace. Es la solución directa para que acceda por internet a los mejores recursos a los que de hecho acuden los profesores de los colegios, pero con más calidad y tranquilidad en el hogar. Incluso puede ser el método más eficaz para el aprendizaje de idiomas mediante audios y chats on-line. Razones exclusivamente pedagógicas.

Pero no desarrollará habilidades de relación, de empatía, de socialización, en gran parte tanto o más necesarias para el mundo laboral y “social” que el puro aprendizaje curricular. Supongo que algunos trabajos, com el de profesor, los tendrán vedados.

La escuela no es simplemente un lugar para convivencia, como dicen los gurúes educadores socialistas, sino un lugar de aprendizaje, pero en el que se aprende mucho más que el currículum oficial, que a veces ni se entiende.

Pero los padres son los primeros educadores de los hijos, por lo que se les debe reconocer esta libertad de enseñar en casa, siempre y cuando cumplan unos requisitos “mínimos” de prudencia, y sin esperar a los 18 años para que sus hijos puedan graduarse de la ESO, como sucede ahora en España. Se ahorra así además una gran dinero al Estado, que podría apoyar económicamente a estas familias, en la medida en que su número sea relevante. Cada vez más relevante al no encontrar muchas familias una escuela en la que se sientan como en casa.

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