A monte

     “Ahí os va”. Es cómo te suelen entregar los padres a sus niños en septiembre en el colegio. “Ahí os lo dejo” dicen claramente algunas mamás. También está el “todo vuestro” de papás sacudiéndose las manos. O el “viene como viene”, o sea, que no les ha dado tiempo a concienciarlo. «Hace tres meses que no se pone zapatos”. Y no faltan sorprendidas mamás porque el niño crece y crece y “me estoy quedando sin niño”.

     Los pequeñitos nuevos y sus padres llegan al cole en estado hipnótico.“No ha dormido”. Más animante, claro, para el profe que el “viene dormido” o “no sé cómo he logrado levantarle”. Pero no tan sincero como “la que no ha dormido he sido yo”. Y ya sin complejos: “se ha pasado el verano sin hacer nada (?) …o sea, de escribir y eso”. “Llega directamente de la aldea con los abuelos… sin horarios”, descargando en este caso la culpa en los benditos abuelos. «Allí hace lo que le da la gana».

     A monte. Así tienen que venir los niños reales al colegio. Y menos mal que están a monte. Es decir, sanos, fuertes. Tostados de más. Agrestes. Con arena en las orejas. Vivos y coleando. Aburridos de helados. Mirando con los ojos. Deseando nuevos escenarios. Digo menos mal porque lo bueno es la vida, no la escuela. Y si el colegio no es vida, es papeleo. Y así es la vuelta al cole sin filtros de instagram. Y así será luego la vuelta a casa: felices y contentos. Eso sí, poco a poco con alguna habilidad más para esa vida de ahí fuera, que cada día tiene más algoritmos.

Verne

     Verne es el caniche toy de mi tía. El perro más simpático y empático del barrio. Educado con cariño y tolerancia… o sea, hace lo que le da la gana. Si le hubiese criado yo, otro perro cantaría.

 

     Pues me lo he tenido que quedar unos días y vi la oportunidad de enseñarle lo que es bueno. Lo que pasa es que ya el primer día, contraviniendo todos mis principios educativos, le di comida de la mesa. ¡Estaba pesado! Jamón, queso, pan con mantequilla, etc. Tonto no es. Su comida ni la tocó. Y luego, para colmo acabó hecho un ovillo en mi cama en vez dormir en el pasillo. O sea, un desastre, según todo lo educativamente correcto. Pero él feliz y acompañado.

 

     Pensaba que a nuestros niños también les consentimos mucho, sobre todo cuando se ponen pesados o cuando estamos agotados. Pero no por eso van a estar condenados a ser los malos del barrio ni los peores del colegio.Si nos obedecieran cómo máquinas tendríamos demasiada responsabilidad. Menos mal que, como Verne, son libres y harán lo que les dé la gana.

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Buena cara

Veo una pierna de titanio apoyada a la puerta de la ducha. Debe de ser del tipo que está dentro. Me ducho. Salgo. Espero en los bancos del vestuario. Y efectivamente. Aparece un tipo andando con esa pierna. No sé para qué se la había quitado después de la piscina. Para enjabonarse es más difícil. No sé. Pero todo el vestuario le miraba de reojo.

 

Y yo que iba pensando si me encontraba algo mejor después de nadar. Si había hecho bien en animarme a ir ese día. Que si esta molestia… Unos chicos de al lado estaban fardando de lo que habían nadado. Se quedaron mudos, mirando sin “reojos” al hombre biónico. Tenía cara seria, resolutiva. Pero serena, pacífica. Reflexivo pero con brillo en la mirada. Me hubiese gustado hablar con él, pero no supe cómo empezar: “oye, esa pierna…”. No. No hubiese funcionado.

 

No es que me queje mucho pero en ese momento dejé de hacerlo por dentro. Hombre de titanio, si por casualidad lees esto, que sepas que me has hecho pensar. Me has animado. Vale ya de quejarse, que empieza agosto y hay que ir a la playa con o sin piernas. Eso sí, con una sonrisa, que luego de mayor se te queda cara de "mayor". Y como decía mi amigo Zaragüeta, con los años cada uno es responsable de su cara.

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Haberlas haylas

     “La juventud es una forma de pensar” dice Greta Thunberg a sus 17 años. No sé si de modo excluyente o con ánimo de sumar  adultos a su mensaje del clima. Porque se puede pensar ‘en modo’ joven o en modo viejo. Y ahí está el quid

     Adán & Eva, los primeros guardianes del planeta, fueron niños. Ireneo de Lyon, uno de los tipos más listos del Imperio romano, además de un santiño, dijo que eran niños, y que más tarde «la fastidiaron» al pasar la adolescencia. Todo lo mejor que hicieron, como poner nombre a los animales y cuidar del paraíso, lo hicieron siendo jóvenes. Y muy buenos amigos. 

     Pues a pensar como jóvenes y a escucharles. La gallega Concepción Arenal, pionera del feminismo español, pensó que muchos problemas sociales no se arreglaban con la razón. La cuestión es de mentalidad, de ver y oír sin prejuicios. Con la esperanza de los jóvenes, para quienes muchos problemas actuales son retos para encontrar soluciones. Y haberlas haylas, neniño.

Foto: pixabay.com

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Galle-guiño

     Si un gallego te guiña un ojo, es un galle-guiño. Je. Y si tiras un boli BIC al aire, estás haciendo aerobic. Son los chistes que los niños te cuentan. Cuando más serio estás y menos te lo esperas… y les ibas a reñir. Piensas que no han leído tu rostro, porque los adultos sabemos fingir. Entonces sonríes. Y cambias. Y les miras a la cara y ves que ellos y sus cosas son la clave del profe, y no tu rollo o el calendario escolar.

 

     Un gran enemigo de los profesionales de cualquier sector es el calendario, monstruo que aterroriza a personal altamente cualificado sembrando el pánico y la ansiedad. De ahí que trabajar con “gente” que todavía desconoce la hora, la fecha o el calendario despeje tu mente. La mantiene con el nivel de humor necesario para refrigerar el calentamiento global laboral del 'queme', del burnout y todo eso.

 

     Los niños te enseñan a tener ocupaciones, no preocupaciones. Y te dicen: ¿sabes cuál es el mejor portero del mundo? El de Para-guay. ¿Y cuál es la última letra del Abecedario? La  “z”… No, la “o”, si no, sería “abecedarioz”. O "le dije a mi padre si iba a venir a la graduación y ¿sabes qué me dijo? Que ya le enseñaré las gafas nuevas cuando llegue a casa". Ja.  Y… ¿qué le dice un argentino a un bosque?: ¿y vos qué?

 

     Pues eso digo yo…¿y vos qué?

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