Permiso materno

La ministra de Igualdad, Elena Bonetti, en Italia no es igual que la de Igualdad de España. Porque los varones y las mujeres somos iguales, pero las mujeres no. Ha aprobado la Ley de Familia para crear alianzas entre las generaciones y los géneros y apoyar la misión educativa de las familias.

Cuando en Spain se pretende que las niñas de 16 años puedan abortar sin permiso paterno se está generando en el fondo un enfrentamiento padres e hijos. En lugar de fomentar el diálogo entre generaciones y buscar el refugio y consejo en la familia se supone y refuerza la separación y el conflicto.

En Italia se ha hablado estos días de la necesidad de una nueva narrativa de las familia, porque es un recurso ante la crisis, no un problema. La familia supera todo. 

Los profesores seguiremos pidiendo el permiso paterno firmado a la niñas de la ESO para la visita cultural de la clase al museo local la próxima semana. Si no, se quedan en clase. Y en el «super» y en los bares sólo podrán pedir Aquarius el viernes aunque tengan permiso materno, por cierto, ministra, “materno” suena mejor. 

Tampoco estaría de más recomendar el diálogo con el que ha tenido el 50% del papel en el tema, o sea el progenitor. Se entiende que a ese chico también le daría madurez (si no lo tiene ya por tener 16 años) el diálogo «en plan hablamos del tema, chicos» de la ESO. Porque si ella tiene cabeza para abortar y queremos fomentar la igualdad, el niño la debe tener para aconsejar y enfrentarse al embarazo. 

Dicen que hablando se entiende la gente. Y es cierto. No ocultando y callando. Sé de algunos que han hablado… en la ESO y ahora son padres felices. Con un niño precioso.

Adrianey Arana

Foto de Kelly Sikkema en Unsplash

Muñecas

Katherine Mansfield, lesbiana, hoy LGTB, violonchelista, escritora neozelandesa fallecida con 35 años. Maestra de la narrativa corta, irónica, delicada, sensible, de vida azarosa. 

Hablaba de la felicidad y se reía de lo políticamente correcto. En 1922, haría ahora 100 años,  escribía ironizando de los matrimonios modernos, siendo ella modernista. Superficiales. Personas que se posicionaban “en contra” de cosas por estar a la moda, ser progresistas o educativamente correctos con sus hijos.

Madres y padres que prohibían y desechaban determinados juguetes “porque eran demasiado sentimentales y muy perjudiciales para la formación de los pequeños”. Llegaron a prohibir los muñecos de animales o las locomotoras de los chicos. 

No sé si legislar sobre los juguetes puede hacer un mundo mejor. Pero Katherine pensaba que lo mejor para una niña o un niño no era prohibirles determinados juguetes, sino regalarles los fáciles, los que les gustan, los que «se compran en cinco minutos» y los hacen felices. Y una niña con una muñeca es feliz. 

Adrianey Arana

Foto de Katie Emslie en Unsplash

Love Talks

«Pillé» el Covid, pero por ahora no el Pegasus, creo. Es que me he pegado un susto al ver dos cargos en mi exigua cuenta corriente con el concepto «Love Talks Sex Madrid…» ¿Lo habrá visto alguien del banco además de la «inteligencia artificial»? ¡Eso no es mío!

Pero al rato recuerdo haberme inscrito en un congreso digital educativo sobre sexualidad y afectividad: buff, era eso y espero que nadie se escandalice. Y me apunté porque el título «Hablemos del amor, una conversación mundial» me pareció el enfoque adecuado. “Transmitir a millares de familias un mensaje científico, positivo y práctico para afrontar los temas relativos a la sexualidad y la afectividad humana. De la buena comprensión de estas dos dimensiones depende la calidad del amor y por tanto de la felicidad”.

Cuando tantos congresos o webinars de estos temas nos  llegan al email de los educadores los pasas directamente a «eliminar» porque carecen de enfoque humano o porque son ideológicos o porque son un rollo, sencillamente. O porque un padre o madre de una niña o niño no se apuntarían.

Pero en este, si pinchas o «clickeas», ves que 40 expertos como Meg Meeker, Owens, Marian Rojas, Ceriotti, Chiclana, ginecólogos, psiquiatras, influencers, terapeutas y autores norteamericanos líderes en emociones o temas de pareja y vida íntima, dirán lo que piensan. No es propaganda, es que me ha gustado: una conversación mundial sobre el amor el 4 y 5 de junio. Está bien.

Sesiones como “Entre Netflix, Instagram y TikTok: ¿Cómo liderar los diálogos sobre sexualidad con (pre) adolescentes?”, “Relaciones románticas jóvenes. Reparar heridas emocionales”, “Las fases del enamoramiento y cómo acertar en la pareja”, “Infidelidad: cómo afrontarla y el papel del perdón”, “Algunas cosas simples que marcan una gran diferencia en tu vida íntima”, «Cómo salir de la adicción a la pornografía”, “Tanto te exhibes, tanto vales: El negocio de la hipersexualización en las redes”, “Quererse cuando llegan los hijos”, “Claves de salud relacional afectiva en la pareja”, “Educación sexual en casa: clave para prevenir el abuso sexual”… o «la figura paterna en la serie Cobra Kai«.

Hay otros títulos que asustan más. Pero es que de eso se trata. De que si no quieres llevarte sustos como el mío en el extracto bancario, pero con tus hijos cuando crezcan, es mejor hablar ahora y echar un ojo ya a esos «love talks» piensen lo que piensen los del Pegasus.

Adrianey Arana

Photo: Foto de Caroline Hernandez en Unsplash

2 rosas y 1 día del libro

“Una segunda flecha, disparada desde algún lugar más lejano, centelleó, describiendo un amplio arco, y un segundo jinete mordió el polvo”. Esta frase de “La Flecha Negra” de Robert L. Stevenson invita a leer más a un chico de primaria que a una chica. Este tipo de frases, historias, o cuentos no abundan en los libros de texto escolares, ni en los Proyectos Lectores de los centros. Ante el dato de que el 80% de «las» jóvenes estudiantes leen en su tiempo libre y los chicos no, algo hay que hacer con ellos. Lo digo porque el Día del Libro es un día para comprar un libro físico.

La mayoría de las unidades didácticas de los libros o programaciones se inician con una historia «motivadora» y tal, que yo me suelo saltar en clase porque aburre a las ovejas y que, por mucho énfasis dramático que le eche el profesor, no da para nada, ni en tiempo ni en conclusiones, “O sea –dicen los niños– que hay que ser buenos”. Eso es todo y nunca sugiere ni sirve de anzuelo para el trabajo posterior del alumno. Suelen ser insulsos, «educativos».

Cuando leemos algunas “historias introductorias” de unidades observas que los alumnos varones de 7 a 12 años suelen motivarse con un guión o vocabulario en el que predomine la acción, el humor, el riesgo físico, la adrenalina, la intriga, la defensa o el ataque, la actividad, la misión, el movimiento, la excitación, la guerra, la lucha, el entusiasmo, la aventura. Y todo esto sin necesidad de violencia. He comprobado que si un tema comienza con una página titulada “La Flecha Negra”, es más leído y seguido por los varones que otra cuyo título sea “La hormiga negra” (no digamos ya “la hormiguita…”).

Lo mismo sucede con el Proyecto Lector. No todos los alumnos de 6º de Primaria deben leer lo mismo. Es necesario atender a la diversidad. Algunos pueden interesarse por álbumes ilustrados, otros por poesía, pero la mayoría por narrativa. Y así como en las chicas la narrativa será más de vida diaria, relatos, amor y fantasía; en los chicos anima más narrativa de aventura, ciencia-ficción, intriga o misterio. La novela cuya acción se desarrolla en una escuela atrae a todos (tipo Harry Potter).

Esto no supone que las “autoras” ahuyenten a los alumnos varones. Un hombre o una mujer pueden escribir de distintas maneras, pero hacerlo para chicos tienen sus trucos: así funciona Joanne K. Rowling con “Harry Potter”, o Thea Beckmann con “Cruzada en jeans”, pero no Louisa May Alcott con “Mujercitas”. Aunque es cierto que muchos clásicos escritos por varones seducen más a los chicos.

El 74% de los docentes de Primaria en España son mujeres, lo que ha creado indirectamente un matiz excesivamente femenino en los libros de texto escolares. No seducen las mismas cosas a un hombre que a una mujer… o a estudiar cuando tienes 12 años. No es cuestión de machismos o feminismos: es simplemente el modo de presentar lo mismo para lograr mayor igualdad.

El título completo de la obra de Stevenson es “La Flecha Negra: un cuento de dos rosas”. ¿Qué chico leería un cuento sobre «dos rosas»? Pero si enfatizas esto, lo leerán también las niñas. Porque al final la buena literatura no tiene géneros. Pero a los jóvenes hay que ganárselos de distintas maneras para la lectura. ¡Feliz Día del Libro!

Adrianey Arana

 

Hacia la igualdad educativa y más allá

Hace unos años visité un coqueto colegio Montessori en Manhattan. Pequeño, práctico y acogedor, a pesar de estar en medio de la gran manzana. Con ese inconfundible toque “montessori” cálido y pedagógico. Y cuyo único objetivo es que los alumnos -¡inmigrantes la mayoría!- aprendieran. Me sorprendió ver que los niños de distintas edades compartían la misma aula con naturalidad. El colegio era «un aula». Hacia la igualdad «and beyond!» como animaba Buzz Lightyear.

Varios centros en Europa también han iniciado proyectos y metodologías de educación “específica”. Algunos han consistido en separar en distintas aulas a las niñas de los niños de algún curso enfocándose a lo mismo pero con un aprendizaje no mixto. Los profesores varían sus metodologías con chicos y con chicas de modo sutil, práctico y «específico”.

Los resultados en alguna evaluación no mixta resultan notablemente mejores que cuando estaban juntos, disminuyendo sobre todo los suspensos en varones. Las notas altas también son más numerosas tanto en chicos como en chicas y mejoran las pruebas externas oficiales o estatales así como la evaluación de las principales competencias según las recomendaciones de PISA.

El fracaso escolar masculino, del que hablaba hace poco Mary Curnock Cook, la ex directora de UCAS, la plataforma de admisión a las universidades británicas, es casi inexistente en estos proyectos. 

Están comprobando que es un modelo educativo razonable en determinados casos, orientado a la igualdad efectiva, que la educación diferenciada facilita la igualdad de oportunidades y crea entornos educativos donde los alumnos se encuentran felices. 

Ya se ve que los caminos para la igualdad no son iguales. Sería de esperar que algunos centros públicos puedan poner en marcha este tipo de proyectos sin que se vean obligados a un único modelo en todo el país. La coeducación obligatoria siempre y por principio no siempre es el camino más rápido o más corto para la igualdad.

Y vuelvo a New York, donde Eric Adams, el desde hace dos meses nuevo alcalde demócrata de color, ha nombrado concejal de la educación pública de la ciudad, la más grande de todo el país, a David Banks, fundador de la famosa Academia Eagle, una red de escuelas públicas sólo para chicos varones. 

Adrianey Arana

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