“La vuelta al cole puede ser positiva porque ayudará a los adolescentes a insertarse en la rutina de unas medidas de protección que en verano son más difíciles de seguir. En la escuela, los chavales están obligados a llevar mascarilla, no hay otra posibilidad, y se acaba el problema”. Palabras de Quique Bassat, asesor del Gobierno.
Menos mal que en los colegios les obligan a portarse bien, a respetar a los compañeros, ordenar el material, convivir con los diferentes, dialogar, no insultar, no gritar, pedir la palabra, traer la autorización oportuna, pedirse perdón, recoger papeles, reciclar la basura, limpiar playas, usar la tecnología con sentido, limitar el uso del móvil, tener un horario… “y se acaba el problema”.
La vuelta al cole será “positiva” porque hemos redescubierto que las normas y protocolos, las rutinas y los obligaciones educan. Poner límites educa.
Y a pesar de las críticas y quejas ante la enseñanza en nuestro país, también hemos descubierto que los institutos y colegios ayudan a los jóvenes a “ser educados”. Y que eso es la educación, no sólo los resultados académicos.
Adrianey Arana
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