currículum

 

Sin saber ni siquiera patinar, fui nombrado entrenador de hockey sobre patines del equipo del colegio. Eran los comienzos de la moda de las extraescolares y algunos chicos tenían la ilusión con este deporte. Pero falló la persona elegida y me tocó dar un paso al frente. Otros se lanzaron con distintas actividades. 

Adopté la estrategia de “dar cera, pulir cera” de Karate Kid. “Muchachos, hoy vamos a patinar. ¡Venga, venga, venga!” Esa era la segunda estrategia: repetir tres veces las órdenes…“vamos, vamos, vamos”. Y la tercera fue usar la primera persona del plural de médicos y farmacias: “nos ponemos los patines y nos calentamos” (suelen añadir ‘cada 8 horas’).

Algún niño me preguntaba ansioso cuándo íbamos a coger ya el stick para golpear la bola y jugar. Le contestaba: «el hockey es sobre patines. Si sabemos patinar mejor que ellos, no podrán con nosotros». Y daban vueltas a la pista, iban y volvían y la verdad es que se cansaban. Salimos del paso ese mes, motivados y contentos hasta que por fin llegó el entrenador «definitivo», je.

Y ahora veo a los políticos preocupados por el nuevo currículum (y por todos los ‘palabros’ y estándares derivados de este). Necesitamos adecuarlos y cambiarlos… otra vez. Pero el currículum viene después de dar cera, pulir cera, patinar, colaboración familia-colegio, motivación del profesorado, feeling y rodaje con los alumnos, calentar, tutoría y, en el fondo, educación muy personalizada. Si somos capaces serán capaces, que de eso se trata.

 

‘Manténgase a la espera’

 

Pues yo estoy haciendo aviones de papel para entretener a unos niños que no pueden tocar nada. Sólo el gel. Uso un micro para que me oigan. Y algunos colegas de otros centros tienen que llevar mantas a clase porque hay que ventilar. Los niños están nerviosos porque no salen a ningún sitio… y así llevamos casi un año, dos cursos escolares y tres años casi con el Covid 19 que pronto será Covid 21.

Mientras tanto el Ministerio está volcado en esto. Porque su actividad esencial está consistiendo… en reformar la ley de educación rápidamente, pero no sé si es para poner mascarillas o que nos ayuden en afrontar todo y adaptarlo… no. No sé para qué, realmente. Como no me fío de las fake-news, he ido a la web del Ministerio y ¡ahí lo dice al principio! Ahí está en los objetivos 1 y 2: “primera ley educativa española que incorpora los derechos de la infancia y de las personas con discapacidad”. Yo tengo de todo eso en clase ¿y?… Pero es que ahora tengo compañeros en otros coles que han dado positivo en el covid y unos alumnos suyos también y los niños se están quedando atrás desde el año pasado… ¡Yo creía que las prisas de esta reforma eran por esto!, y así lo dice la portada de la web de la Lomloe: “aprender a aprender sin dejar a nadie atrás”, pero eso también lo dicen en las películas de acción. ¿Es fake esto también?

A lo mejor les entró un hacker en la web porque el título de la ley pone “Una educación para el siglo XXI”. Creía que iba a decir para el 2021, que ya está cerca, pero no. Porque si fuese para el siglo XXI ya estaría como un cuarto de siglo retrasada. ¿No estará todo mal y retrasado? ¿Alguien sabe algo? Si podremos tener educación física en enero… ¿Hay alguien en el Ministerio, oiga, o por ahí en las Consellerías? Si no tiene nada que ver lo que estamos viviendo con la ley esta mega-urgente…¿tengo que darle al 0 “o manténgase a la espera”? ¿Podrían dejar la reforma esta para otro momento y atender a lo que está pasando en la educación en España desde el 2019?

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Guionistas para un pacto educativo

 

     Un rayo de sol en medio de la embarullada política española. Por primera vez «en democracia» los partidos y todos los sectores sociales buscan un consenso para lograr un pacto de Estado de educación. El Congreso creó el día de San Valentín (uhm!) una subcomisión de 13 diputados titulares (y otros tantos suplentes) que trabajarán por conseguirlo. Aunque diputados, no son estrictamente políticos de despacho. Entre ellos hay dos o más maestros, profesores de instituto de Química o de Historia, de universidad, algún orientador escolar, una reconocida novelista y guionista, y hasta un estudiante universitario. En general, personas con experiencia docente, fundamentalmente en centros públicos, cultas y creativas. 

     Han comenzado a citar a expertos e «instituciones». Su primera misión consistirá en escuchar sin prejuicios, con atención e interés y con buena cara. Luego habrán de sintetizar con agudeza un documento base flexible, serio e inovador. Y más tarde liderar la defensa de ese cambio y lograr el pacto para muchos años (más de diez o doce que dice Méndez de Vigo).

     Los protagonistas no pueden pensar sólo en los límites de lo innnegociable. Las líneas rojas pueden ser paralelas. ¿Por qué no? Hoy el mundo pide y experimenta la empatía y el consenso. La «actitud». Otros políticos lo lograron cuando el artículo 27 de la Constitución citó al unísono el derecho a la educación y la libertad de enseñanza. Igualmente hoy podemos conjuntar la diversidad en la educación española, no sólo en sus aulas y en sus alumnos. La diversidad educativa enriquece y genera equidad, ya que distintos son los caminos para llegar al éxito escolar. Los modelos únicos empobrecen.

     Ahí está el reto, que estoy convencido que somos capaces de superar. Lograr fórmulas, palabras o acuerdos con un texto tan inteligente al menos como los mejores guiones de las excelentes series de televisión en las que todo es posible y resulta verosímil.