webinar

 

   Sir Ken Robinson dio una de las charlas más vistas de la historia de TED titulada “Cómo los colegios están matando la creatividad”.  La vimos, la pasamos y nos hizo pensar. Luego hemos leído sus libros y ahora le echamos de menos. Pero comenzó siendo solo eso: una gran lección magistral. Eso sí: «magistral».

     Algunos teóricos educativos atacan la clase magistral impartiendo una clase magistral. Cursos, sesiones o “talleres” interminables en los que únicamente habla el interesado en denostar la lección magistral en la escuela. Como el que ataca el uso de las redes sociales a través twitter.

     Lo digo porque viene el tsunami de “webinars”. En pleno confinamiento me apunté al primero con un sugerente educador. Me registré, me recordaron una y mil veces que no quedaban plazas, y que ya había pasado a formar parte del selecto grupo de participantes de ese webinar.

     Acabó siendo una charla a la que estábamos conectados millones de «elegidos» con micro silenciado, con un chat de millones de preguntas y comentarios que corrían sin parar por un lateral. Y se acabó. Como verle en televisión, pero peor. Sin calidad, sin un buen entrevistador, ni guión. Me apunté a más, pero igual.

     Es lo que se lleva: la lección magistral. Por youtube, por webinars, por tutorials, por pantallas compartidas con micros apagados.  Sugiero a estas editoriales y plataformas y universidades que piensen que para que una sesión así funcione tiene que ser “magistral”, hecho por una persona que “produce lo mejor porque hace cosas que ama -decía Ken-, porque está en su elemento”. O simplemente porque está bien hecho. En este sentido aplaudo a bbvaaprendemosjuntos.com, que seduce y no te engaña y alguna es magistral. Y a empantallados.com, fresca, profunda y pegada al terreno.

​​​​​​

No Child Left Behind

 

Un chiste corto me lleva a pensar en que nunca seremos iguales si seguimos igual. “Mamá, mamá, en el cole me llaman ´facebook’. – Y tú ¿qué les contestas? -Me gusta”. Y he aquí el quid de la pretendida equidad educativa.

USA implantó hace un siglo la ley NCLB (No Child Left Behind). Paradójicamente hoy en día el 60% de los alumnos abandonan los institutos americanos. No tienen problemas de inversiones. No. El lema de los marines de que “nadie se queda atrás” no se cumplió. No se logró que todos llegaran igual, que hubiera igualdad. Y es que USA es un país más militar que escolar.

Ken Robinson arremetió en 2013 contra esta famosa ley en su conferencia sobre el valle de la muerte en la educación. No se logra la equidad, no se logra la igualdad. La clave no se encuentra en las escuelas, en las leyes o en   los programas, y en que sean iguales para todos. La clave está en los niños. Y los niños son diversos. Dos hermanos son totalmente distintos, no son iguales. No digamos dos que no son hermanos o tienen procedencias e historias distintas. La respuesta está en cómo nos adaptamos a su diversidad, a su curiosidad y a su creatividad. Es decir, cuanto más desigualdad, más equidad. Y nadie quedará atrás. La niña bailarina no repetirá curso por no parar quieta en clase.

El Informe de la OCDE sobre alumnos desaventajados (Low-performing students…) insiste en considerar importante en un país la diversidad, la libertad, la autonomía curricular y la existencia de centros concertados. La variedad no es lo malo. Como decía Guardiola: “ En eso Mourinho y yo somos gemelos, ambos queremos ganar títulos”.

* Estefanía Laya es un seudónimo de una persona docente de Primaria.