Cumbre del G6 por la paz

'Baltasar y Papá Noel han confirmado su asistencia'. 

(By Estefanía Laya*) Todo ya preparado para la cumbre del G6 en la sede de la ONU este sábado 5 de enero. La reunión sentará juntos por primera vez a los seis gigantes de la felicidad de los niños: dos o tres de los famosos Reyes Magos (Arabia Saudí), Papá Noël (USA), Santa Claus (Alemania), y el Ratoncito Pérez (España), por primera vez en este encuentro.

"Me siento muy satisfecho –comentaba Pérez a su llegada al aeropuerto de La Guardia. Tenemos poco presupuesto, pero nuestro lema es estar siempre ahí. Sin ideologías de ningún género".

"El problema es el Black Friday ha reconocido Melchor-. Buscamos la empatía. Por eso hemos puesto a  Baltasar a negociar con las grandes superficies digitales". 

"He venido para encontrar un diálogo con los tres Reyes. ¿Podemos ser más, no? -confesaba Papá Noël desde su trineo a la llegada a JFK-. Reconozco que nuestra política de adelantarnos con el 24D no ha estado bien. Nunca he sido muy creyente, pero en el fondo lo hicimos como un gesto reconciliador de unirnos a esa gran noche, aunque algunos no quieran verlo así".

"No podemos obsesionarnos con el Black Friday y verlo como un enemigo a las White Christmas-dice Baltasar más optimista-. No podemos pelearnos entre nosotros y dar este espectáculo".

"Yo no tengo nada que ver con las Navidades -ha confesado el Ratoncito Pérez-. Pero sí en que los niños sean felices. En que mantengan la ilusión por portarse bien y ser valientes, aunque a veces se les caiga un diente".

La cumbre del G6 busca una paz urgente entre estos grandes, un futuro sin crispaciones y un diálogo que ahora mismo parece imposible. El elevado coste de la cría de renos en Laponia, la escasez de camellos de raza en Arabia, la ortodoncia infantil en los países desarrollados y los brackets en los dientes de leche son factores que están agravando esta crisis.

"Tenemos que reinventarnos –dice Santa Claus, el líder que más apoya esta cumbre-. Somos distribuidores de alegría, no comerciantes. Lo importante es la ilusión, no el regalo".

"Quiero seguir viendo a padres felices aupando a su niña a los hombros por encima de la multitud – confiesa Melchor-. Cuando me fijo en un padre así, me emociono en cada Cabalgata. Lo siento. Padres, ayudadnos  a recuperar vuestra ilusión. Los niños siempre la tienen".

Se espera que al final de la cumbre los líderes de la Navidad suscriban un documento conjunto. En la versión facilitada a los medios figura un mensaje a las familias: "No somos Superhéroes, que luchan entre ellos por la justicia. Luchamos unidos a todos los padres del mundo por la generosidad. Somos más felices dando que recibiendo. Queremos que los niños nos imiten de mayores. La generosidad es más que la justicia".

¡Feliz Noche de Reyes!

*Estefanía Laya es un seudónimo de una persona docente de Primaria

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En modo Navidad

          Todos los niños quieren el globo transparente con lucecitas. Una abuela joven le compraba ayer uno a su nieto mientras el papá paseaba más atrás charlando con otros “a su bola”. Los vi venir. El papá se dio cuenta y justo cuando pasaban a mi lado le recriminaba con dureza al niño agarrándole por el brazo: “¡¿Se puede saber para qué quieres un globo?!”

 

          ¿Para qué quieres un globo? Es la pregunta más absurda que se le puede hacer a un niño. Es una pregunta sin respuesta. La abuela parece que lo sabía. Pero los niños no tienen respuestas. Solo preguntas. Menos mal que seguí de paseo y más adelante me presentaron a una pareja madurita y me dice ella: “los niños son la respuesta a todo”. “Tener un niño te sitúa ante lo esencial de la vida”. Respuestas de una mujer sin hijos que añora uno.

 

          ¿Para qué quieres un globo? ¿Para qué sirve la Navidad? No sé. El Niño es la respuesta. Y, por cierto, compradle un globo al niño cuando salgáis a la calle. ¡Esos angelitos, je! Y relajaos. Que estamos en modo Navidad.

 

(By Adrianey Arana)

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Jaque mate

     Arracimados frente a la pizarra digital los 25 niños y yo en una feroz partida de ajedrez contra el ordenador. En el suelo. Ayer. Eramos ‘las blancas’. Cada uno hacía su movimiento. Yo miraba y sugería. Pero la cosa se fue calentando. La máquina nos hace un “jaque”. Todos se ponen de rodillas escudriñando con tensión las casillas. Sale el que tiene su turno… ¡Pobre!, pensé yo, como tirar un penalty en Riazor. Mueve. Le digo que si se pone ahí, la torre enemiga le va a comer. Y él dice que no: Ya jugué contra esta máquina, y siempre se va. Y efectivamente, ante mi asombro, el ordenador no come la pieza y se aleja con otro movimiento que nos permite escapar.

 

     Los niños son de 1º de Primaria. Tienen 5 y 6 años. Les apasiona el ajedrez. Trabajo en uno de esos colegios que lo tienen como asignatura dentro de una asignatura. Como ideología, se dice ahora. Les hace más inteligentes. Quizá la inteligencia artificial nos sustituya a muchos profesores y a libros de texto. No lo sé. Lo que sí sé es que la inteligencia artificial de una potente aplicación de ajedrez no pudo con un niño normal de 5 años que ya la tenía pillada. Y sobre todo no pudo con la rabia que se apodera a veces de los humanos y les hace acometer empresas imposibles.

 

     Porque la partida siguió. No trabajo con niños editados en un laboratorio de China, fríos e inmunes a no sé qué, sino con hijos reales, humanos, hambrientos. Que al final lograron lo que ninguna máquina podría hacer. Lo que hacemos cuando no podemos más. Enfadarse con el programa y gritar: “¡Profe, mátalo tú!”. Querían aplastar al maldito programa con el “Jaque mate”. Y así vencieron, …bueno, vencimos…vencerán.

 

( By Adrianey Arana)

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Bambi, o sea, pero qué fuerte

El estreno de Bambi generó polémica. Muchos se opusieron a acudir por las duras escenas para niños. Era 1942, claro. La gran novela del judío Felix Salten relata la vida real de un cervatillo educado por su madre, con sus más y sus menos.

Walt Disney declaró «No creo que haya que aligerar los hechos para los niños, tanto en la vida como en el cine”. “A través de la observación de la naturaleza y la vida en el bosque, el hombre puede aprender mucho sobre sí mismo”. Como diría hoy alguno: «o sea, pero qué fuerte…» ¡Bambi!

Si observamos la educación que los animales brindan a sus crías, quizá descubramos una perspectiva saludable, natural y sensata. Y ya no digo fijarse en cómo educamos a nuestras mascotas, que también podría ser. He visto tratar a un caballo queridísimo de un modo muy duro, exigente y amable. Y siempre he notado una coherencia, paciencia, cariño y dedicación en la educación de nuestros perros que ya me gustaría para otros “animalillos”.

Pongámonos las pilas. “Hay que sentar ciertas bases cuando es pequeño. A partir de los cuatro meses ya está en disposición de acatar órdenes, como acudir cuando se le llama. La paciencia y la coherencia son pautas fundamentales para educarle y nunca hay que confundir disciplina bien impartida con autoritarismo exacerbado” (web canina).

De todos se puede aprender. También de los animales. “El animal vive muy pegado a la naturaleza o a Dios, sin saber nada de ninguno de los dos” (Félix Salten).

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Hermanos del viento

El director de Entre lobos y Hermanos del viento lanzaba un mensaje a los padres de niños imposibles en una reciente gala de premios. Paciencia y esperanza. Él había tripitido en el colegio. “Llegaron a hacerme un test psicológico” recordaba con humor. Gracias al optimismo paterno y al de algunos profesores ante su fracaso escolar había hecho una exitosa carrera profesional.

 

La madre de un alumno me decía lo mismo. A su hermana, hoy joven ejecutiva de una multinacional, le dijeron en el colegio que no podría acabar la secundaria y que nunca haría estudios superiores. Más tarde algunas profesoras de otros centros confiaron en ella y salió adelante.

 

La escuela está todavía cerrada en su propia vida. Se ha convertido en un lugar para estar. Para entretener durante unos años con actividades sin sentido, como hacer ejercicios o abrir determinada página de un libro. Me contestaba anteayer un niño de un instituto a mi pregunta de qué tal por 1º de ESO: "ya llevó gastado un boli Bic entero". No quise preguntarle qué había aprendido. A veces lo hago con mis alumnos: qué has aprendido. Si no lo saben es culpa mía.

 

Menos mal que siempre hay algunos profesores o centros 'hermanos del viento' que hacen las cosas “a su manera” sin seguir exactamente las reglas del juego, como los polis de las películas que resuelven el asunto con 'sus métodos', sin esperar a que las cosas cambien. Si no existiera esta libertad o no se la tomasen algunos, el sistema es el del boli Bic. 

 

¡No te preocupes!, dice el sistema. La Ministra ha dado 15 días para la consulta pública previa sobre un anteproyecto de Ley orgánica de modificación de la actual Ley de Educación. Escriban antes del 10 a consulta.seefp@mecd.es y digan qué quieren cambiar de la Lomce. Vale. Pero mientras algunos lo hacemos, los verdaderos 'polis' van a intentar que estos chicos aprendan algo.

 

(by Adrianey Arana)

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