Con una escasa wifi durante del mes que paso en Líbano, me asomo a internet y veo como maestro el escueto “calendario escolar” de la Xunta de Galicia: se ordena “realizar actividades específicas” para “favorecer la visibilidad” de “lesbianas, gays, transexuais, bisexuais e intersexuais”. No sé si se trata de usar la «realidad aumentada» o una urgencia o alerta mundial ante los problemas de la comunidad internacional. En todo caso el verano escolar es el momento que tengo para la programación. Y a mí me ha tocado hacerlo en este país con casi 2 millones de refugiados sirios y palestinos.
El caso es que se me ocurren «actividades específicas» para mis alumnos de 1º Primaria: confeccionar en Plástica dos regalos para el día de la madre en vez de uno, y otros dos el día del padre, de modo que se preparen para esa posibilidad. Buscar una colección de cromos de alguna liga de fútbol mixta o intersexual para los tradicionales intercambios en el recreo. Elegir como día no lectivo escolar el día del orgullo gay. Otro día trataría de que vengan a clase los niños con el uniforme de las niñas, y al revés, y acudir así a la visita cultural al ayuntamiento (para mayor visibilidad). Hacer en Educación Física la semana del vestuario bisexual y que se cambien y duchen todos juntos con los profesores, la directora, y podemos invitar al inspector. Colocar en un lugar reservado, preferente y más visible en el festival de navidad a las parejas de mamás del APA que sean lesbianas.
Pienso que la administración no quiere que nos limitemos a colorear dibujos de familias o emoticonos con dos papás o con dos mamás. Pero debe ser consciente de que invitar a un miembro de la comunidad LGTB a la fiesta de la primavera puede quedar al mismo nivel que el cuentacuentos que viene a clase en el primer trimestre, y al payaso que acude en carnavales. Y esto se volvería en su contra. ¿Tiene sentido todo esto? ¿Es todo un sinsentido? Desde aquí al menos me lo parece.
Cuando estás con gente que trabaja sin descanso con los refugiados que huyen de la guerra ante el silencio de nuestros países tienes la impresión de que las prioridades educativas son otras. Cuando ves a un chico de ACNUR sudando por conseguir miles de almohadas porque mucha gente no tiene ni lo necesario para hacer un bulto en el que reposar su cabeza. Cuando ves que nadie les acoge en sus países porque hay miles de trabas o porque están jugando al Pokemon. Cuando ves a una niña sucia e inmóvil en una calle con la mano extendida y la mirada desecha, te preguntas por qué no hay en el calendario escolar del 2016-17 de todos los paises de Europa un día que haga algo visible la tragedia de 8 millones de niños sirios. Con todos mis respetos para la comunidad LGTB en este curso.