Toma decisiones pensando en tus hijos. No tomes decisiones sólo sobre su educación. Todo lo que haces, privada, social o profesionalmente les educa. Si decides comprar un buen piso con una gran hipoteca, piensa que luego deberás trabajar duro para pagarla durante veinticinco años.
Díle que ‘no’ una vez a la semana. Si algo no te convence, díle que ‘no’, y dále una razón. ‘No’ normalmente significa ‘que no’, y no tiene nada que ver con ‘ya veremos’ o ‘depende cómo te portes’. Es la única manera de que pueda aprender vitalmente a elegir sí o no.
Riéte con él. ¿Hace cuanto tiempo que no te carcajeas con él? Si te ríes con él disfrutarás y él aprenderá a distinguir lo importante de lo trivial, el error del acierto, el amor del odio.
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