Justicia artificial

La película Justicia Artificial del coruñés Simón Casal atrapa a los interesados en la IA, en la política y en la justicia. Un enamorado de La Coruña descubre además sus rincones con una lograda e inquietante mirada verde noir, fría, enigmática y novedosa.

Una jueza se ve arrastrada por un proyecto que pretende implantar un sistema artificial en la Administración de Justicia de España. La tensión aumenta en forma de thriller de conspiración y con diálogos breves e inteligentes.

El filme parte de un documental previo galardonado en 2022 con guión del filósofo Miguel Penas e intervenciones de juristas internacionales. Resulta interesante el intento de despolitizar y automatizar la justicia, además de acelerar los procesos, con el apoyo de big data y algoritmos que predicen la reincidencia criminal. La sentencia se completa de forma automática.

Sin embargo, me parece más inspirador el simple argumento final de que la justicia no sólo se fundamenta en lo que sucedió en el pasado, sino en lo que genera. El juez puede dar otra oportunidad a las persona y crear jurisprudencia. La justicia genera justicia.

Late un esperanzador mensaje de misericordia reflejado en los deseos de la jueza protagonista de ser madre a pesar de no haberlo logrado antes y de la advertencia médica de la escasa probabilidad de éxito en su caso. A pesar de todo decide ser madre.

ADRIANEY ARANA

Gracias mamá por el 21N

 


Gracias mamá por el 21N

Mi madre me fue a buscar a París el 21N.

Y tal día como hoy salí a la luz pública. Nací. Tuve esa suerte. Me cuidaron mi madre y mi padre y mi madrina y una chica que me enseñó a hablar portugués. Luego crecí y empecé a trabajar, y hoy cumplo 53 tacos.

Desde hace ‘tacos’, este día llamo a mi madre prontito para felicitarle: gracias, mamá.

Es el día más importante de mi vida, nunca mejor dicho lo de vida.

Quizá esta mi feliz simplicidad es lo que me impide entender el aborto, o más bien su defensa.

No entiendo por qué algunas abortan y celebran su cumpleaños.

No entiendo que una madre aborte y al mismo tiempo me reclame todos los esfuerzos posibles para sacar adelante a otro hijo en la escuela.

Señora, si no aprueba, pruebe con otro.

Entiendo la muerte. Los seres vivos se mueren. Pero nunca he comprendido la muerte inútil.

No entiendo la muerte inútil ni del inútil.

No entiendo la pena de muerte ni aplicada a un asesino. ¿Lo matas por no haber respetado la vida?

Aborto olivdado, aprobado, organizado, permitido, hipócritamente incoherente, despiadado, insolidario, negro.

Por votos. Por seguir gobernando ¿para qué?

El aborto es el nudo de la incoherencia de nuestra sociedad, porque es inexplicable.

No hay nada más triste que el agrio grito abortista que reclama la muerte. Nunca he sido capaz ni de mirar hacia una clínica de ésas, ni de imaginarme en el corredor de la muerte de los americanos.

No soy del pepé ni del pesoe ni del podemos, porque todos empiezan por p. Ni siquiera soy de los provida.

Soy de los que no entienden por qué a estas alturas de la vida humana hay que defender la vida, culpable o inocente.

Ni entiende por qué la mayoría puede decidir matar a la minoría.

Creo que el pepé ha perdido el norte, el pesoe el sur; y ‘podemos’ perdernos todos.

“El grado de civilización de una sociedad se mide por el trato que da a sus presos”, decía Dostoyevski. Bebés presos.

“La grandeza de un hombre se mide por el trato que brinda a quien no puede hacerle daño ni causarle beneficio”, sigue aconsejando Covey a los políticos para ser ‘altamente efectivos’.

“Un gran hombre demuestra su grandeza por la forma en que trata a los pequeños”, Carlyle.

El gobierno puede perder las elecciones por reformar la ley del aborto, aunque muchos analistas dicen que puede ganarlas precisamente si lo hace ahora. Liderazgo en todos los sentidos. Le quedan más semanas para hacerlo que semanas vive un aborto.

Me uno a la manifestación por la vida del 22N, aunque no sea lo mío manifestarme. Ya me estoy manifestando. Lo hago cada año, tal día como hoy cuando marco el teléfono de mi madre de 89 tacos y le digo: Gracias, mamá.