«El infierno es la verdad vista demasiado tarde» sugiere John Verdon en «El favor», su último bestseller del detective Dave Gourney. Lo aplica a un delincuente atrapado en su pasado a pesar de resistirse.
Verdon pinta las relaciones de un matrimonio maduro de modo sublime. Y sufre porque al detective le gustaría ser mejor marido. El ágil ritmo policíaco y de acción se entremezclan en su relación conyugal con Madeleine a veces tensa, pero siempre tierna.
Él autor ser reconoce algo en su protagonista detective: «Ama a su esposa y a su hijo pero no es nada bueno con las emociones. Esa es la parte con la que se siente más incómodo. Sus sentimientos están siempre encerrados bajo un análisis racional y nunca anda buscando sentirse querido o aceptado, él solamente busca las respuestas. El análisis racional es su mejor arma y escudo para lidiar con la vida».
Verdon siempre responde que Madeleine, la esposa del detective, es el alma de la serie de todas sus novelas. «En primer lugar, me gustan las mujeres fuertes e inteligentes. En segundo lugar, quería darle a Dave (el protagonista detective) una dimensión de vulnerabilidad, convertirlo en algo menos que totalmente autónomo. Quería presentarlo como una persona que necesita a otra persona en su vida. Puede que sea un poco genio para desentrañar ciertos tipos de misterios criminales, pero su esposa es en muchos sentidos más inteligente que él: más perspicaz, más intuitiva. Este tipo de equilibrio, la tensión que crea y las recompensas que ofrece, es más interesante para mí que las relaciones que a menudo se retratan en las novelas de detectives».