Las 10 de la noche en la T4 y cancelado el último vuelo a La Coruña por alerta roja. Lo sentimos: no podemos ofrecerles alojamiento …por overbooking de Booking en Madrid, ni catering. Barajas se ha paralizado por una tormenta y estamos sin recursos. Por resumir.
Colas en el mostrador de la compañía para ver qué se podía hacer: nada. Algún ejecutivo sobrado con airpod en una sola oreja (que farda más) intenta solucionarlo a golpe de gestión. Nada. Otro no hace corrillo con el resto de mortales porque “estoy hablando con Platinum”… perdona pero perdona. Una chica se enreda en llamadas a menús en bucle de atención al cliente: si desea usted… Acabamos todos pasando la noche en la terminal.
Dormir de vez en cuando fuera de la mejor zona de confort, o sea, lo que viene siendo la cama, perdiendo la compostura y sin más refugio que el bendito McDonald’s no viene mal. Te pone en tu sitio. Ayuda a ver que no todo se puede resolver ni a golpe de tarjeta premium. Que la vida a veces es complicada. O sencilla. Deja la queja. Tírate en un banco y duerme tranquilo. Y no pasa nada.
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