Me tocó hablar de estilo y elegancia a unos alumnos de la ESO y me inspiré en amigos que saben de esta ciudad de la moda y en los grandes.
Cristóbal Balenciaga sufrió una crisis personal por la muerte de un ser querido y pensó abandonar la alta costura. Comenzaba a destacar, pero su principal competidor, Christian Dior, más carismático, le apabullaba. Un creativo duelo de genios.
Un día en el que Balenciaga se refugió a rezar en una iglesia, Dior fue a buscarle, lo encontró allí dentro y le habló. Le transmitió su pesar y condolencias, pero sobre todo le pidió que no abandonara. Balenciaga, sorprendido, le contestó que así ya no tendría rival. Pero Dior le confesó que se había inspirado en él, que además la moda francesa perdería la referencia y que su sueño era que algún día se dijera que había superado a Balenciaga.
Fue una discreta conversación en un solitario templo entre dos titanes de opuesta vida y carácter. Fue el gesto de un caballero que pasaba por vanidoso ante el momento personal más débil de su oponente.
El estilo es el trato a los demás. La elegancia personal está más en saber permanecer en un segundo plano.
Foto: Series The New Look (Dior) y Balenciaga