Educadamente

Opino sobre lo que estimo. Escribo en voz alta conmigo mismo. Ataco mis prejuicios y lanzo réplicas para refutarlas. Mis mejores mensajes son los corregidos por otros. Las ideas propias valen más por ideas que por propias.

Pretendo influir en la mente de quienes me leen. Mi objetivo es sembrar la duda de la esperanza, como la foto que revela la belleza de un lugar común.

En una sociedad líquida más vale nadar que flotar o zambullirse. Y aportar al mar el grano de arena que con otros formará una playa.

Soy más de vida que de muerte. Pienso más en los hijos que en el aborto. Y prefiero la paz a la guerra. Acepto lo obvio: al varón y a la mujer. Rechazo lo fantástico y la mentira.

Me seducen las palabras, los silencios y la melodía. Cometo errores diarios, no por estrategia sino porque “nada de lo humano me es ajeno”. No soy un ejemplar ejemplar.

Sé que todo los que diga puede ser usado en mi contra y me importa. Porque me lo tomo de un modo muy personal. Lo siento.

La tristeza es el resultado del robo del enemigo, la desnudez del fracaso. Por lo que uso el buen humor como escudo y como arma. Me horroriza que mi rostro se acabe convirtiendo en rutinario.

Y hablando de armas, al fin, me gusta apuntar al otro y mirarle a la cara, pero nunca disparar. Todo es pose, el teatro de la vida.

No quiero que el 2023 pase sin recopilar lo escrito. Os lo regalo en mi cumpleaños. Dadme una segunda oportunidad quienes no me leyeron ni me leen. A Dios doy gracias por cumplir sesenta y dos y mantener todavía su ilusión.

“Educadamente” es la recopilación de artículos del año, continuación de «Escúchame con los ojos» de diciembre del 2022 y adelanto de publicación. Soy pirata de mi mismo y a quien me lo pida se lo paso gratis, como merced de aniversario.