La mano de Dios

Una vez Maradona coincidió en un vuelo con una chica que no era muy futbolista que digamos. Es más, no sabía ni quién era el astro. Una joven que se dedicaba a impulsar una iniciativa social de promoción de la mujer en su país. Algo de inspiración cristiana 'y tal'. Se saludaron e iniciaron una breve conversación en la que Maradona vio que no le conocía. Ella le preguntó -"¿Y usted a qué se dedica?" El astro contestó: -"Futbolista, ya sabe…" -"¡Qué interesante! ¿Y de qué juega?" -"Bueno, verá -sonreía el genio-, delantero más bien". 

     Pero ella, que tonta no era, se fue percatando que delante tenía un personaje. Y le pidió apoyo económico para su proyecto. Diego Armando sacó de su bolsillo la chequera -algo que antes se llevaba-, firmó un cheque, se lo puso delante y le lanzó el balón: "Escriba la cantidad que necesite". Ella escribió "con la mano de Dios" una valiente cantidad. Él sonrió y le entregó la generosa donación. Aquello luego hizo feliz a mucha gente.

     Siempre hay motivos para ver “la mano de Dios” en personas con pies de oro y barro, como la estatua de la biblia. Adiós, genio, de parte de un brasileiro.

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