«Si la opción es no regresar a la Tierra y colonizar el planeta, estaría dispuesta», afirma. Dejaría atrás a su padre, Bert, el hombre que ha impulsado su sueño. «Él sabe que todo esto es más grande que nosotros dos». Esto dice Allysa Carson, la niña que se está preparando para ir a Marte en 2031.
Seguro que Allysa lo logra. Estudia para ingresar en la Universidad Internacional del Espacio que dirige B. Aldrin, uno de los dos primeros hombres que pisó la Luna. Está poniendo trabajo y corazón.
Ojalá surjan más jóvenes con ese coraje. Sin embargo, lo que se necesita para eso, no son grandes proyectos promotores del talento ni más Allysas que descubran nuevos mundos, sino más padres como Bert. Padres que den alas a la libertad de sus hijos y la respeten porque antes han sabido animarles a que tengan sueños, no solo buen comportamiento y buenas notas.