Los profes solemos tener aulas de 25 como mucho. A estas alturas ya me sé lo nombres y las caras o mascarillas de los míos. Lo que no sé es a qué clase fueron estos otros 23 de los que voy a dar los nombres: Jaime, Joaquín, Ana, Javier, Ana Belén, Celso, Marina, Adolfo, María Olga, Guillermo, Ángeles, María, Diego, Javier, "Yolanda", Marta, Tristana, Valentina, Pilar, Pablo, Montserrat, Antón y Néstor. No creo que vaya contra la protección de datos publicar los nombres de los 23 diputados gallegos en Madrid, alguno de ellos maestro, por cierto.
Su misión principal consiste en votar sí o no. Se les supone inteligencia, experiencia y conciencia para darle al botón verde o al rojo. Alguno suplirá la inteligencia con la experiencia y otros la conciencia con la inteligencia. Pero si tienen que votar a que a partir de ahora “la vida puede decaer en favor de los demás bienes” y que no existirá “un deber constitucional de imponer o tutelar la vida a toda costa”, ¿a qué botón le van a dar? Porque esto más que un botón es un “votón”. Estamos hablando de vida o muerte… como en el "hemicirco" romano, no de ERTEs y cosas de esas.
Y eso es lo que afirma la Proposición de Ley que me he leído y que regula la eutanasia. ¡Diputados, morituri…! Y dadle al botón rojo, por favor, porque si le dais al verde, pensad que nunca nadie os dará ni siquiera las gracias, ni las víctimas ni sus familias, porque la Disposición adicional primera dice con la boca pequeña que esta muerte “tendrá la consideración de muerte natural” (!?) a todos los efectos. O sea, que no pondrá “eutanasia”, ni habrá transparencia en la muerte "digna". Pero no tenéis el botón azul al que solemos darle los galegos… Sólo rojo o verde. Vida o…
Foto: Telecinco