Superpadres

El padre conduce y escucha a las 3 niñas detrás. Una va disfrazada de Superman, no de heroina no sé por qué, porque sí. Y mira un botón blanco apañado por la madre en el cinturón heredado.

– Si aprieto aquí, puedo volar.

– No -corrige la mediana-, si le das, desapareces.

– ¡Pues no! -se impone la otra- porque yo soy la mayor y decido los superpoderes mejor…

– …ya -corta la pequeña-, pero tienen que ser superpoderes «normales y corrientes».

El padre me cuenta la conversación. Y yo le pregunto a los expertos en superpoderes de una clase cuáles son los normales: “agarrarse, fuerza y velocidad”, concluyen muy serios.

Y pienso yo, que esos son los de cualquier padre como el que conducía. Lo normal de cualquier padre que sin hacer nada espectacular, resuelve problemas diarios con velocidad, se esfuerza por sonreír y se agarra cuando hay curvas… y sigue conduciendo día del padre tras día del padre. Como aquel José que se celebra hoy.

Felicidades, papás normales y corrientes.

Adrianey Arana

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