Educación diferenciada y coeducación

Los medios y políticos acostumbrados a rápidas declaraciones caen a veces sin pretenderlo en titulares erróneos que en algún caso reflejan el sesgo de sospecha a lo que no es línea oficial o adecuada a campaña.

A veces llaman “colegios que segregan por sexo” en lugar de “educación diferenciada” (“boys’ schools», «girls’ schools” o “single sex education») a los colegios de niños o de niñas. La denominación correcta y el término acuñado es centros de educación diferenciada.

No “segregan”. Si fuera así, estarían totalmente prohibidos, aunque fueran privados. Ya hace casi medio siglo que nuestra Constitución garantiza que no “pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Todo el mundo sabe que separar niñas y niños en algunas aulas, varones y mujeres en algún deporte o en alguna especialidad de la sanidad no es segregación. Es más, lo que se busca es evitar que se produzca de otro modo y dar una mayor visibilidad a las mujeres.

Si con la educación separada se diera algún tipo de segregación habría que corregirla. Yo mismo y todos los educadores de este país seríamos los primeros en abandonar un lugar donde se cometieran discriminaciones por sexo, raza, religión… La actual ley lo sabe y por ello nunca habla de «no segregar» sino de elegir la «coeducación». Habla con precisión.

Pero es que la coeducación tampoco supone una garantía total ni evita toda posible desigualdad, como comprobamos diariamente. La coeducación también puede caer en “segregar por sexo” e igualmente habría que trabajar o buscar nuevas soluciones.

En la web «coeducación.es» la Federación de Mujeres Progresistas «propone» la coeducación. La LOMLOE va más allá e «impone» este modelo ordenando que “los centros sostenidos parcial o totalmente con fondos públicos desarrollarán el principio de coeducación en todas las etapas educativas”.

Sin embargo coeducación.es sostiene con objetividad que “este modelo (de ‘enseñar en la misma aula’) no garantiza el cuestionamiento de la desigualdad de género, los estereotipos sexistas que transmite, ni visibiliza los aportes de las mujeres a la sociedad y a los diferentes campos del saber”.

De ahí que la coeducación realmente no sea “necesaria” y que la igualdad y visibilidad de la mujer se logre en ocasiones mejor con otros modelos. Por eso existen colegios con aulas o secciones separadas por sexo, cuya finalidad es precisamente «no segregar por sexo». La visibilidad de la mujer es total en esos centros. Y la atención a la lenta madurez del adolescente varón es mayor para alguna familia.

Los gobernantes actuales han optado por el modelo de la coeducación, lo que es legítimo, pero la prohibición expresa de financiar otros posibles modelos que mejorarían la desigualdad de género y que muchas familias eligen como sucede en otros países no es tan respetuoso y resulta cuestionable.

Justin Trudeau, primer ministro de Canadá fue alumno y profesor de uno de estos centros en los que afirma haber pasado «algunos de los años más felices y plenos de mi vida”. Por eso subraya la importancia de que los colegios masculinos preparen para generar el cambio social que se necesita en la igualdad de los sexos.

Significativo es que en New York el actual alcalde demócrata esté promoviendo la escuela diferenciada «pública» además de la coeducación parcial o total como medio para que la sociedad no segregue a los chicos o a las chicas por sexo. Y que haya nombrado concejal de educación al fundador de unos colegios de varones.

En nuestro país el principal buscador de colegios, escuelas infantiles e institutos «micole.net«, cuyo único algoritmo es «lugares donde más se pincha», ofrece como resultado más buscado en España un colegio de educación diferenciada.

Llamemos a las cosas por su nombre. Luego optemos por coeducación, diferenciada, modelos mixtos de «coeducación diferenciada» u otros incluso más innovadores que están surgiendo. Mantengamos cualquier llama encendida en la educación y busquemos fórmulas de financiación pública, privada o ayudas europeas para que incluso ningún escuela unitaria de la última aldea de Galicia se quede sin medios.

Es que a veces los titulares no dejan ver el bosque.

Adrianey Arana

Foto de Jerry Wang en Unsplash

 

Hazte Premium

Nos recuerda el nombre de todos los amigos de la familia y guasapea con grupos diversos. Es la única persona que conozco que se sabe la lista de los reyes godos. Recita romances, elabora y repite miles de recetas, apunta en la conversación que en ese lugar desemboca tal río, recuerda fechas e historia universal, nacional y familiar. Relaciona. Describe en dos pinceladas  una situación o juzga un problema con los datos que retiene de modo natural.

Dice que ejercita habitualmente la memoria repasando mentalmente listas de geografía, historia, literatura, medicinas, preposiciones, los 12  hijos de Jacob, “que además tuvo una hija: Dina”, que yo no sabía.

Hablo de mi tía de 90 años. A veces pregunta pensativa si esto es recomendable pues ha oído que hoy algunos opinan que la memoria es la inteligencia de los tontos o que el aprendizaje memorístico es perjudicial.

Le contesto que lo único nocivo o maligno es el modo de usar la memoria forzándola y sin disfrutar de la codificación y recuperación, no sólo del almacenamiento: los tres procesos de la memoria.

Y además no es cierto que la memoria esté mal vista. Al contrario, se encuentra más valorada que nunca. Cuanto más memoria tenga un móvil u ordenador más caro es. Si quieres más memoria para almacenamiento o en la nube o en tu lista de canciones te tienes que hacer Premium y pagar por la memoria.

La mayoría de nuestros alumnos se saben mil contraseñas o passwords, letras de canciones, alineaciones de equipos de fútbol, valor de fichajes, personajes de mundos de rol y perfiles de jugadores, páginas web y pantallas de juegos.

La belleza de la memoria la compruebo cuando observas que disfrutan, como mi tía, de ese poder o inteligencia. Les encanta aprenderse y recitar poemas o canciones. No de modo “obligatorio”, sino divertido, pero lo aprenden sí o sí. Y es como esas escenas de películas que quieren ver una y otra vez. “Déjame decirla otra vez” te piden. Como en Casablanca “tócala otra vez”.

Y les chifla la rima, las imágenes enlazadas, la recitación de versos sugerentes, elegantes e inteligentes. Por eso a veces he tenido que parar cuando todos los de 6 años quieren repetirme el poema de Machado que sin querer se han aprendido de memoria: “La plaza tiene una torre, la torre tiene una flor, el balcón tiene una dama, la dama una blanca flor”.

Adrianey Arana

Navidad es cuando

En opinión de un amigo de seis años el adviento es un cuaderno de plástico con agujeros y un chocolate para cada día… y así hasta navidad. Navidad ya es algo que ni él ni sus compañeros saben expresar en una frase. Porque no es algo sino “cuando”.

Es cuando mamá “decora una mesa que hay allí”. Cuando papá “silba colocando luces”. Cuando vamos de “compras y compras de cositas bonitas”. Cuando se prepara una cena “durante días y días… en el horno de los abuelos”. Cuando papá compra regalos “sin que nadie se entere” y mamá “los va a cambiar”. Cuando deseas algo “y no llega por Amazon, porque hay que portarse bien”. Cuando “envolvemos» o cuando “bebo un poquitito de champán”.

Y podemos seguir. Cuando los abuelos recuerdan. Cuando alguien ya no está y no terminas la frase. Cuando en las oficinas se esconden misteriosos paquetes. Cuando ella exclama al rasgar un envoltorio “te has pasado”. Y él se prueba un jersey musitando con ojos brillantes “me queda perfecto”.

Cuando luces, alcaldes, pastores y reyes, vuelos y bomberos, quitanieves y renos van en cabalgata. Cuando la primera guerra mundial se para en Nochebuena y todos esperamos que vuelva a pasar. Cuando en cada familia se hacen las paces y en cada contienda una tregua de paz. Cuando en política se tiende la mano y en un Mundial de fútbol perder es ganar.

Cuando dijo el Quijote que es “la noche que fue nuestro día” y Rubén Darío que “existe Dios… que Él es la luz del día”.

Adrianey Arana

SE BUSCA

PROFESIONAL CON PERFIL:

  • Titulación superior y especialidad correspondiente
  • Dotes para organizar eventos con pequeños y grandes grupos adultos, familias y niños
  • Dirigir reuniones frecuentes de clientes
  • Habilidades para entrevistas personales con adultos y niños
  • Bilingüe en inglés o nivel certificado alto
  • Posibilidad de organizar viajes con menores al extranjero y visitas con menores en la propia ciudad
  • Conocimientos de primeros auxilios
  • Alta nivel y dominio informático de pantallas, plataformas, dispositivos y equipos simultáneos en red
  • Habilidades de empatía y resolución de conflictos
  • Nivel de salud alto sin problemas de voz u otorrino
  • Ausencia de alergias alimenticias para largas estancias en comedores colectivos
  • Disposición y ropa para vigilar de zonas de la empresa, patios y jardines
  • Alto conocimiento de decoración de interiores
  • Capacidad de comunicación con personas con dificultades
  • Espíritu innovador con proyectos que aporten valor I+D+I(+J+H+K)
  • Conocimientos musicales y de coreografía
  • Dominio de la legislación de familia, divorcio, custodias
  • Conocimiento psicológicos, problemas, síndromes y terapias
  • Manejo de aplicaciones de fotografía y redes sociales
  • Conocimiento de la legislación del sector y realización de los procesos y protocolos exigidos
  • Nivel certificado del idioma de la Comunidad Autónoma
  • Flexibilidad horaria para sustituir a otro trabajadores
  • Responsabilidad para evacuar a grupos de personas en siniestros de todo tipo
  • Capacidad de gestión de grupos de trabajo durante toda la jornada
  • Ser capaz de atender a 25 personas individual, simultánea e ininterrumpidamente durante al menos 50 minutos, varias veces/día

 

         PUESTO A CUBRIR:  MAESTRO DE PRIMARIA

 

         Así son los nuevos profesores de hoy, además de jóvenes, divertidos, deportistas y grandes compañeros. Existen. Los he visto. En muchas escuelas, colegios e institutos. En mi despacho hay dos: una que además de ser madre tiene varias titulaciones y especialidades, y otro «grande», especialista en educación física, inglés, informática y todo, sobre todo en no quejarse, trabajar y sonreír. Y querer a los alumnos. ¡Feliz Día del Maestro 2023!

 

Adrianey Arana

Foto de ThisisEngineering RAEng en Unsplash

El arte de la improvisación

¡Qué avisen fuerte, que se oiga! cuando sea el fin del mundo –me soltó un alumno- no vaya a ser que no nos enteremos. A veces en casa están con la tele o un juego puesto y no oyen ni la puerta ni nada.

Es que el otro día se pusieron a hablar en clase de los pequeños sobre el fin del mundo. Uno me preguntó que cuándo se va a acabar el fin del mundo, otro que su padre le dijo que el sol va a chocar con otras estrellas, otro que falta poco porque la cosa está mal (?). Atrás uno con la mano levantada esperaba para aleccionarnos de que no, que lo que iba a pasar es que iba a venir un agujero negro y nos ibamos a colar por ahí.

Y otro solo se interesó por dónde habría que ir en caso de que suene. A modo evacuación del perímetro.

Tuve que confesar que, a pesar de ser el profesor, no sabía cuándo va a suceder ni lo sabía el director del colegio, ni Benzema ni nadie. Falta mucho, no creo que nos toque -eso me sonaba a aquellas predicciones de Fernando Simón-, que la Biblia dice que un ángel tocará la trompeta para avisar, por lo que el otro advirtió de que por favor que la toque fuerte, para que se oiga.

Soluciones aportadas por alguno: lo mejor es construir un búnker con paredes gordas y muy profundo y en caso de que llegue, meterse ahí y ya está.

Pero pasamos a otro tema porque el fin del mundo no parece que les motive. Algo que no ocurra hoy, esta tarde o dentro de poco (mi cumple o así) no existe para un niño.

Es «hoy y ahora». Decirle a un niño o en una clase que ahora no, que mañana, que la semana próxima, es decirle que no. Por eso insisten tanto en el momento, porque saben que si no, no lo consiguen. Son naturalemente inteligentes. «Hoy y ahora». Ya. Con un clic.

Que sí, que es muy importante programarse el curso, el fin de semana con los niños, las vacaciones del puente de la Constitución… Pero quizá falta un poco de «hoy y ahora», de improvisar, de esquivar rutinas.

La improvisación familiar o escolar es aconsejable y natural, resuelve problemas y dota a los niños de herramientas prácticas para el fuego real de la vida no virtual. Es una «competencia» muy útil y paradójicamente «programada» en oratoria y debate, dramatización, música y resolución de crisis en formación de equipos. Y así se aprende porque nunca sabes que les va a tocar a los niños de esta generación.

Me acordé del chiste:

– Mamá, hoy en clase hemos aprendido a hacer explosivos.

-Muy bien, hijo, ¿y mañana que haréis en el colegio?

¿Colegio?

 

Foto: Foto de OSPAN ALI en Unsplash