Catadores

LUIS DANIEL GONZÁLEZ.- Con el propósito de señalar la importancia de que los niños tengan a su alcance álbumes ilustrados valiosos, decía la gran ilustradora inglesa Shirley Hughes en sus memorias que los niños tienen una memoria visual mayor que la de los adultos y que se ha de buscar la forma de potenciarla y de mejorar sus respuestas estéticas. Explicaba que debemos ser la sociedad visualmente más estimulada de la historia y que conviene  hacer más lento ese proceso para los niños, y para los no tan niños, si no queremos que acaben siendo una especie de «borrachos visuales». 

     En relación a lo mismo, Chesterton comparaba las «gigantescas trivialidades de los anuncios publicitarios con esas minúsculas y tremendas pinturas en las que los medievales registraban sus sueños; pequeñas pinturas donde el cielo azul es algo mayor que un único zafiro y los fuegos del infierno sólo una manchita pigmea de oro». El viejo artista, decía, luchaba por transmitir que los colores eran realmente cosas significativas y preciosas como joyas: ése es el espíritu con respecto al color que las escuelas deben recuperar si quieren dar una verdadera educación estética. La dura tarea que tienen por delante los educadores en esta cuestión es que deben enseñar a la gente a saborear los colores como se hace con los licores: tienen el difícil trabajo de convertir a los borrachos en catadores.

Foto: pixabay.com

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