“Una segunda flecha, disparada desde algún lugar más lejano, centelleó, describiendo un amplio arco, y un segundo jinete mordió el polvo”. Esta frase de “La Flecha Negra” de Robert L. Stevenson invita a leer a un chico. Es un ejemplo del vocabulario que incita más a los niños que a las niñas a seguir una historia. Este tipo de frases, historias, o cuentos no abundan en los libros de texto escolares de Primaria, ni en los Proyectos Lectores de los centros.
La mayoría de las unidades didácticas de los libros o programaciones se inician con una historia motivadora, historia que yo me suelo saltar en clase porque aburre a las ovejas y que, por mucho énfasis dramático que le eche el profesor, no da para nada, ni en tiempo ni en conclusiones, “O sea –dicen los niños– que hay que ser buenos”. Eso es todo y nunca sugiere ni sirve de anzuelo para el trabajo posterior del alumno. Suelen ser insulsos.
He trabajado “historias introductorias” de unidades y observado que los alumnos varones de 7 a 12 años suelen motivarse con narraciones en cuyo guión o vocabulario predomine la acción, el humor, el riesgo físico, la adrenalina, la intriga, la defensa o el ataque, la actividad, la misión, el movimiento, la excitación, la guerra, la lucha, el entusiasmo, la aventura. Y todo esto sin necesidad de violencia. He comprobado que si un tema comienza con una página titulada “La Flecha Negra”, es más leído y seguido por los varones que otra cuyo título sea “La hormiga negra” (no digamos ya “la hormiguita…”).
Lo mismo sucede con el Proyecto Lector. No todos los alumnos de 6º de Primaria deben leer lo mismo. Es necesario atender a la diversidad. Algunos pueden interesarse por álbumes ilustrados, otros por poesía, pero la mayoría por narrativa. Y así como en las chicas la narrativa será más de
vida diaria, relatos, amor y fantasía; en los chicos anima más narrativa de aventura, ciencia-ficción, intriga o misterio. La novela cuya acción se desarrolla en una escuela atrae a todos (tipo Harry Potter).
Esto no supone que las “autoras” ahuyenten a los alumnos varones. Un hombre o una mujer pueden escribir de distintas maneras, pero hacerlo para chicos tienen sus trucos: así funciona Joanne K. Rowling con “Harry Potter”, o Thea Beckmann con “Cruzada en jeans”, pero no Louisa May Alcott con “Mujercitas”. Aunque es cierto que muchos clásicos escritos por varones seducen más a los chicos.
El 74% de los docentes de Primaria en España son mujeres, lo que ha creado indirectamente un matiz excesivamente femenino en los libros de texto escolares. No seducen las mismas cosas a un hombre que a una mujer… a estudiar cuando tienes 12 años. No es cuestión de machismos o feminismos: es simplemente el modo de presentar lo mismo para que atender la diversidad. El título completo de la obra de Stevenson es “La Flecha Negra: un cuento de dos rosas”. ¿Qué chico leería un cuento sobre dos rosas? Al final las niñas ganan, como siempre.